miércoles, 12 de septiembre de 2012

A vueltas con...

[Le gustaría a uno tener el don de plantear bien sus opiniones, discutirlas y desarrollarlas en foros apropiados con interlocutores formados y aplicar sus conclusiones para el beneficio general. Por ahora (no) me contento con apuntarlas difusamente en un blog…]


A vueltas con la Inteligencia.


Algo comenté en Las Malas Decisiones, y es que me repito mucho... uno quiere ser más listo y vivir mejor, y en esas siempre le da vueltas a que es ser inteligente para intentar volverse un poco menos tonto e ignorante...

La Inteligencia, más allá del apellido; “matemática” o “emocional” etc... ha de estar conformada sin duda por varias capacidades diferentes que a alguién que pretenda superarse le sería sin duda interesante conocer para poder desarrollarla mejor.

Una parte muy denostada  es la memoria. Recuerdo mis años de primera enseñanza en los que “aprenderse algo de memoria” era casi un insulto, a diferencia de la generación anterior que tenía como una de sus metas escolares la lista  de los reyes godos cantada de carrerilla. Había que aprenderse “razonadamente” desde las fechas de las distintas civilizaciones ibéricas hasta la tabla periódica de los elementos (por eso nunca conseguí aprendérmela). Yo  (mi me conmigo;-) por ejemplo, era un niño inteligente porque todo “lo razonaba” ¡¡hasta que llegué a la química claro!!.

Desde luego, lo que denominamos capacidad analítica, constituye una parte de la Inteligencia. Pero sostengo que mucho menos importante de lo que asumimos. Por eso me cuido normalmente de proclamar mis análisis (no en este caso) aunque , sin falsa modestia, a veces pienso que valdrían para más de un periódico actual.  

Si lo miramos a nivel político y de sociedades o países no es que sobren voces que coincidan  en un análisis acertado de las diferentes situaciones, las que aún hay, son necesarias. Sí son sin duda menos las que proponen soluciones pero con la mente abotargada de tantos acontecimientos sociales  recientes y la incertidumbre global rampante y en aumento, cuando leo algún artículo de opinión,  aún fundado y con sentido, no puedo evitar una desagradable sensación de inutilidad, de paralelismo separado de la realidad, de “vale, ¿y qué?”.

Cuando algún personaje público con poder de hacerlo varía sustancialmente la realidad de su entorno,(consideremos sólo las veces en las que esto sucede para "mejor"), no parece siquiera que lo haga siguiendo un camino lógico, de análisis del problema, planteamiento de soluciones y ejecución de esta.
Cuando un deportista mejora su rendimiento es, muchas veces, la mayoría, contra la lógica establecida, contra el análisis que  decenas de científicos suscribían sobre la imposibilidad, fisiológicamente hablando,  de correr los 100 metros tan rápido como Bolt. O subir las cuestas  a ese ritmo con el corpachón de Induráin.

Me estoy liando pero  las ideas, esbozos desordenados como advertí, son dos:

1.-Deberíamos incluir en el concepto de Inteligencia, su puesta en práctica, su aplicación y nos ahorraríamos un montón de “inteligentes” de butaca y sillón, y millones de entradas de blogs como este, que son literalmente intrascendentes.

2.-El análisis acertado y la exposición clara de una situación, e incluso de su solución, constituirían una parte periférica de está Inteligencia, casi prescindible o como poco compensable con otras fundamentales que no alcanzo a delimitar pero que me planteo como objetivo retórico.