Ya sé que no interesa. Pero si llevamos tanto tiempo anunciando la muerte de España ¿cómo no reflexionar sobre el presente?¿Cómo no aventurarnos a imaginar nuestro futuro colectivo?¿Cómo no jugar a creernos más listos que los demás a riesgo de que el tiempo nos quite -una vez más- toda la razón?
Este cronista ya narró los acontecimientos que desembocaron en la muerte, autopsia y velatorio de España (ver entradas previas). Por tanto, el escenario tras la Diada no es nuevo en absoluto para nosotros.La expansión del movimiento independentista catalán es la primera consecuencia del vacío dejado tras la ruptura del consenso colectivo: España ya no existe ¿qué existe?
Lo más fácil es no pensar mucho: existe Cataluña que es una nación en espera secular de su estado, con su idioma propio, su pasado propio y su equipo de fútbol propio...que, básicamente, tiene los mismos problemas, al menos desde la perspectiva de un ciudadano no nacionalista, que tenía España. Cualquiera de nosotros sería independentista hoy en día en Catalunya; lo que sea con tal de evitarnos el hedor uno, grande y libre español. Entre las tinieblas, la vía catalana se presenta como un luz y en cierta forma lo es: supone una ruptura del modelo constitucional, supone una ruptura del equilibrio de los partidos catalanes (gracias a Mas Convergencia se va a convertir en el perrito faldero de Esquerra, lo cual no creo que tranquilice mucho a los prohombres del catalanismo institucional) y,sobre todo, supone una ilusión colectiva: oxígeno dentro de la asfixia colectiva en la que respiramos. Ahora bien, más allá de la euforia (¿tanto se diferencian los catalanes de los españoles?) del momento, merece la pena ir haciendo algunas preguntas:
1. ¿Estará mejor preparada una Catalonia independiente para afrontar las dificultades del momento histórico? Quiero decir, si el responsable de los sufrimientos derivados de la crisis es el capital financiero ¿podrá Catalunya hacer algo para evitar los excesos de la banca y el dinero de la City? ¿Será más fácil cambiar el sistema fuera de la Unión Europea? Evidentemente, estar fuera de Europa parece una buena opción, pero no es lo mismo estar fuera de Europa que salirse de Europa. Vamos que Cataluña no es Noruega. Este argumento no desecha la opción de la independencia; se puede ser valiente en la vida y asumir los riesgos. Pero sí empieza a plantear los problemas fuera del romanticismo nacionalista que es, en definitiva, lo que quiero.
2. ¿Es la división del mundo en estados-nación un concepto moderno con recorrido? Dicho de otra manera ¿es la clase dirigente catalana muy distinta de la española? ¿Cambiaría la relación del individuo con el estado? ¿Cambiaría la forma de representatividad en las instituciones?¿O solo cambiaría la bandera y las selecciones deportivas? ¿Hay alternativas al modelo?¿Se pueden organizar las sociedades en confederaciones de pueblos no precisamente a partir de lecturas históricas tendenciosas sino fijando unos objetivos comunes, a saber, una sanidad pública universal? No lo sé, no es fácil. ¿Formaría Catalonia un ejército propio?¿Sería un estado sin ejército?¿Tiene eso algún riesgo? No digo ya tanto invasiones como quedar fuera de la escena mundial ¿o acaso alguién piensa que el resto de potencias permitirían la creación de una nueva suiza?
3. El referéndum es impepinable. Cuanto más tarde el gobierno de España en aceptarlo, más riesgo tiene de perderlo. Ahora bien, sospecho que mucha de la fuerza independentista nace de la estupidez española ¿Qué pasaría si un gobierno negociara?¿Cabe un modelo federalista? No conviene olvidar que no es lo mismo responder una encuesta o charlar en un café que decidir con tu voto un cambio "radical" en las instituciones. ¿Votarán los ancianos y la gente con una buena posición socioeconómica a favor de empezar una nueva historia sin garantías de éxito?
Planteo estas preguntas antes de dar mi opinión. Creo que la clave de la futura independencia catalana reside en la capacidad que los catalanes tengan de cambiar el modelo. La creaión de un nuevo estado basado en banderas y folklore no me interesa lo más mínimo. La revisión histórica para distinguir a los buenos de los malos no me atrae ni un ápice. Sinceramente, no veo un fervor mayoritario distinto del fervor patriótico. Por eso a mí, que tanto me ha costado dejar de tener una nación, me causa cierta sorpresa la algarabía con la que la culta Catalonia se toma su posible independencia de España ¿o hablamos de la independencia respecto a los poderes fácticos? Porque si es eso de lo que se trata ¿tiene sentido romper vínculos con potenciales socios de lucha del resto del estado? No lo sé ¿Supondría la independencia de Catalunya una distancia insalvable entre colectivos con intereses compartidos de Lo-que-quede-de-España ? Tampoco lo sé; lo que sí está claro es que el gobierno catalán y el loququededeespañol harían todo lo posible por romper esos puentes.
En definitiva, el mejor de los escenarios sería un gobierno honesto de Esquerra en mayoría absoluta que subvirtiera el orden establecido y fuera capaz de negociar con Francia, Alemania y EEUU un espacio no amenazado. En el peor de los casos, una Catalunya independiente gobernada por CIU con los mismos problemas que la Cataluña actual pero con una saturación insoportable de orgullo patrio.
No sé, no sé, me da a mí que aquí queda mucha tela que cortar...mientras tanto seguiré paladeando el ocaso de esta España miserablemente castellana (Machado dixit) con la esperanza de que la hecatombe le dé la vuelta a las instituciones.
lunes, 16 de septiembre de 2013
jueves, 5 de septiembre de 2013
La colección de letanías
Se repiten como la banda sonora del mundo que pudo ser..
Dios fue el primero en caer. No le desgastaron el nombre pero sí la integridad. Dios se convirtio en el ariete de los inmovilizadores. Nietschze lo remató. La vida cotidiana ya lo había desterrado. Quedó la verdad hecha plegaria en la boca seca, áspera de los que temen avanzar.
España nació con vitola de lamento. Es posible que muriera antes de existir. Sólo los intereses la han mantenido presente -que no viva- como un estupefaciente permitido por la autoridad. Nacimos sin bandera. España solo era un rumor de viejos que ganaron guerras.
La democracia redentora con la monarquía a la cabeza. Un nuevo estatus colectivo. Una plataforma de sueños imantados por la poderosa historia. Ningún cuerpo logró salir de la órbita. Un zumbido sordo como el de los molinos de viento en los campos yermos de Castilla nos rodea. Fue bonito mientras (les) duró.
Ahora van a por las cosas pequeñas.
Los placeres cotidianos. La cultura es un obstáculo (qué razón tenía el viejo Astray, un visionario). La anegaron con ondas catódicas a modo de electroshock. En la sala de emergencias solo queda el sonido repetitivo de nuestro ritmo cardíaco monitorizado. Menos matarnos, todo vale.
Lo último que nos han hurtado es el fútbol. Para muchos el último rincón del juego. Millones, traspasos, cortinas de humo, horarios imposibles, desigualdad, desigualdad, vasallaje, feudalismo (Madrid y Barcelona unidas por un sueño opulento). En los transistores, los locutores a sueldo se desgañitan para dar la impresión de la emoción y la belleza del ex-juego. Ellos también cobran. Monotonía de calderillas en sus cuentas bancarias para no despertar la conciencia anulada.
Plegarias de vísperas y maitines; proclamas que acallan suspiros de España; Molinos de viento que no quieren ser gigantes; monitorizaciones cardíacas a ritmo de campana de bolsa; Goles gritados en negativo, hacia dentro, como ecos de nuestras miradas robadas. Letanías en si bemol que diría mi abuela.
He decidido taparme los oídos. He decidido taparme los ojos: en el mundo de los tuertos, el ciego es el único capaz de imaginar.
Camino de la autosuficiencia. Para muestra un botón: he decidido parafrasearme de tanto que me he gustado: "Puede que sea una exageración. Pero no es falso".
No hace falta valor. Nadie es valiente cuando hace la única cosa que puede hacer.
No nos queda otro remedio que ser libres.
Dios fue el primero en caer. No le desgastaron el nombre pero sí la integridad. Dios se convirtio en el ariete de los inmovilizadores. Nietschze lo remató. La vida cotidiana ya lo había desterrado. Quedó la verdad hecha plegaria en la boca seca, áspera de los que temen avanzar.
España nació con vitola de lamento. Es posible que muriera antes de existir. Sólo los intereses la han mantenido presente -que no viva- como un estupefaciente permitido por la autoridad. Nacimos sin bandera. España solo era un rumor de viejos que ganaron guerras.
La democracia redentora con la monarquía a la cabeza. Un nuevo estatus colectivo. Una plataforma de sueños imantados por la poderosa historia. Ningún cuerpo logró salir de la órbita. Un zumbido sordo como el de los molinos de viento en los campos yermos de Castilla nos rodea. Fue bonito mientras (les) duró.
Ahora van a por las cosas pequeñas.
Los placeres cotidianos. La cultura es un obstáculo (qué razón tenía el viejo Astray, un visionario). La anegaron con ondas catódicas a modo de electroshock. En la sala de emergencias solo queda el sonido repetitivo de nuestro ritmo cardíaco monitorizado. Menos matarnos, todo vale.
Lo último que nos han hurtado es el fútbol. Para muchos el último rincón del juego. Millones, traspasos, cortinas de humo, horarios imposibles, desigualdad, desigualdad, vasallaje, feudalismo (Madrid y Barcelona unidas por un sueño opulento). En los transistores, los locutores a sueldo se desgañitan para dar la impresión de la emoción y la belleza del ex-juego. Ellos también cobran. Monotonía de calderillas en sus cuentas bancarias para no despertar la conciencia anulada.
Plegarias de vísperas y maitines; proclamas que acallan suspiros de España; Molinos de viento que no quieren ser gigantes; monitorizaciones cardíacas a ritmo de campana de bolsa; Goles gritados en negativo, hacia dentro, como ecos de nuestras miradas robadas. Letanías en si bemol que diría mi abuela.
He decidido taparme los oídos. He decidido taparme los ojos: en el mundo de los tuertos, el ciego es el único capaz de imaginar.
Camino de la autosuficiencia. Para muestra un botón: he decidido parafrasearme de tanto que me he gustado: "Puede que sea una exageración. Pero no es falso".
No hace falta valor. Nadie es valiente cuando hace la única cosa que puede hacer.
No nos queda otro remedio que ser libres.
martes, 3 de septiembre de 2013
mi ciudad
¿Por qué la vuelta a casa no es como en los anuncios navideños? No hay duda de que es mi sitio, mi ciudad...por eso escuece todo. Si un día discutes acaloradamente, insultas y te insultan en, pongamos, el norte de Europa pues uno se enfada un poco pero entre salto cultural, adaptación, diferencias del lenguaje por aquí o por allí, no me afecta más de tarde y media. Sïíaquí, de donde vengo, me agrede de nuevo la estupidez, me hiere de verdad, por cercano. No me ha pasado, hago todo lo que puedo para que no pase, y por eso salgo poco, porque estoy hipersensible y no encuentro sentido a la exposición a tanto detalle doloroso.
Ando por mi ciudad con el cuidado del estómago de resaca, que sabe que ha de comer, pero suave...y mejor comer poco que pasarse. Voy como desnudo a las inclemecias del tiempo y a la incomodidad del comentario ajeno; todos pueden opinar sobre ti, nadie te habla sin embargo. Únicamente se oyen los cuchicheos a tu paso...y yo desnudo no puedo evitar agachar las vista para como un niño creer que no me ven aquellos a los que no miro...pero cuchichean.... Camino descalzo, sobre un suelo agreste de manera que mido los pasos y solo doy los estrictamente necesarios, por supuesto por el camino más corto.
Esta, mi ciudad, es el lugar del mundo donde no voy si no es obligatorio donde no me aventuro porque el camino es tan riesgoso que el destino intramuros nunca va a compensarlo. Asumo que me pierdo maravillas porque el coste de llegar hasta ellas atravesando capas de esta ciudad mía sería para mi demasiado alto, fuera cual fuera el destino: podría romper lo mucho o poco que me queda de yo mismo.
Decir que paseo por mi ciudad solo, desnudo, descalzo, resacoso y como quemado por el sol con la piel hipersensible, es sólo exagerado. Pero no es falso.
sábado, 31 de agosto de 2013
¿Qué te han hecho?
Erre que erre.
Majorettes vestidas de chulapas,
alcaldesas de botijo y mantilla,
miradas de vidrio deslustrado,
anillos intersectamente policromados,
un gran todo fatuo
del vacío enamorado.
Y vosnotros...
Eñe que eñe.
Sufrimiento sordo por las aceras de lija.
Erre que erre.
No es un problemas de símbolos
-que también-,
sino de depuradas verdades
hechas de presente ralo y futuro erizado:
el problema del presente
es su relación con el futuro:
una matriz emponzoñada no puede parir
un sujeto inocente.
Eñe que eñe.
Silencios arrastrados por las pendientes sin pendiente.
Erre que erre.
La máquina ha dejado de ser herramienta.
La máquina somete paisanos
olvidados de sí mismo.
El dedo accionador habla arameo.
El egoismo antediluviano
se moja en el chaparrón incesante del orgullo ahora.
Los átomos tienen miedo de ser molécula.
Monotonía de Manzanares tras los graznidos.
Eñe que eñe.
Mentiras más altas que montañas y verdades asfixiadas.
Erre que erre.
Tienes derecho al silencio humillado.
Tienes derecho a no tener conciencia:
a no tener derechos.
Hable quien recite salmos posmodernos.
Hablar con finalidad es terrorismo.
todo lo que no soy yo es terrorismo.
Edad Media tecnológica.
Todo el aire pertence a la caverna.
Respirar es de necios-valientes.
La virtud resta puntos en las oposiciones a ciudadano.
Gris, gris con la espesura del negro,
oscuridad que no ciega.
Estéril como el pensamiento.
Eñe que eñe.
Pasos hacia el abismo dentro del abismo.
Erre que erre.
Sed calmada con agua destilada.
Hambre saciada con la pulpa de la inmundicia.
Sueño dormido por decreto.
Sexo sin sentidos.
¿Dónde están los sentimientos?
¿Dónde irán los resentidos?
Al infierno de los buenos.
Eñe que eñe.
Cólico miserere en tiempos de moneda única.
Ten la piedad de ser mejor que nosotros.
O, mejor dicho, más peor entre lo admirado.
Salva a los que somos incapaces de salvarnos.
Por los siglos de los siglos:
Tokio ten piedad.
Eñe que eñe.
Las esperanzas son frutos de otro árbol.
Erre que erre.
Eñe que eñe.
Eme que eme.
Eme que eme.
Eme que eme.
Madrid ¿qué te han hecho?
Majorettes vestidas de chulapas,
alcaldesas de botijo y mantilla,
miradas de vidrio deslustrado,
anillos intersectamente policromados,
un gran todo fatuo
del vacío enamorado.
Y vosnotros...
Eñe que eñe.
Sufrimiento sordo por las aceras de lija.
Erre que erre.
No es un problemas de símbolos
-que también-,
sino de depuradas verdades
hechas de presente ralo y futuro erizado:
el problema del presente
es su relación con el futuro:
una matriz emponzoñada no puede parir
un sujeto inocente.
Eñe que eñe.
Silencios arrastrados por las pendientes sin pendiente.
Erre que erre.
La máquina ha dejado de ser herramienta.
La máquina somete paisanos
olvidados de sí mismo.
El dedo accionador habla arameo.
El egoismo antediluviano
se moja en el chaparrón incesante del orgullo ahora.
Los átomos tienen miedo de ser molécula.
Monotonía de Manzanares tras los graznidos.
Eñe que eñe.
Mentiras más altas que montañas y verdades asfixiadas.
Erre que erre.
Tienes derecho al silencio humillado.
Tienes derecho a no tener conciencia:
a no tener derechos.
Hable quien recite salmos posmodernos.
Hablar con finalidad es terrorismo.
todo lo que no soy yo es terrorismo.
Edad Media tecnológica.
Todo el aire pertence a la caverna.
Respirar es de necios-valientes.
La virtud resta puntos en las oposiciones a ciudadano.
Gris, gris con la espesura del negro,
oscuridad que no ciega.
Estéril como el pensamiento.
Eñe que eñe.
Pasos hacia el abismo dentro del abismo.
Erre que erre.
Sed calmada con agua destilada.
Hambre saciada con la pulpa de la inmundicia.
Sueño dormido por decreto.
Sexo sin sentidos.
¿Dónde están los sentimientos?
¿Dónde irán los resentidos?
Al infierno de los buenos.
Eñe que eñe.
Cólico miserere en tiempos de moneda única.
Ten la piedad de ser mejor que nosotros.
O, mejor dicho, más peor entre lo admirado.
Salva a los que somos incapaces de salvarnos.
Por los siglos de los siglos:
Tokio ten piedad.
Eñe que eñe.
Las esperanzas son frutos de otro árbol.
Erre que erre.
Eñe que eñe.
Eme que eme.
Eme que eme.
Eme que eme.
Madrid ¿qué te han hecho?
sábado, 10 de agosto de 2013
Aluminio, café y viejas costumbres.
Creo no ser un pusilánime temeroso que acata cualquier rumor sobre todos esos peligros que nos acechan; los plásticos, las hormonas, las ondas electromagnéticas replicadas por las antenas de los móviles y demás agentes (por lo demás presentes en nuestro día a día y que de seguro que no traen mucho bueno al organismo). Pero esté me tocó por fundamental.
Me comentaron que el aluminio, o mejor dicho el oxido de aluminio que se produce al calentarlo, a la larga provoca en el organismo problemas neurológicos… a la larga y neurológicos igual a Alzheimer. Cuando se lo digo a E., bioquímica y doctora en genética para más señas, me dice que sí, que eso “se sabe”… ¡¡¡así tan tranquilamente!!! Que por eso se retiraron muchas baterías de cocina de este material….
Bueno, resulta que luego hubo otros estudios que demostraron que no era para tanto y tal…pero con el acero inoxidable no ha habido por ahora discusión. En cualquier caso yo no voy por supuesto a tomar estás decisiones basándome exclusivamente en tal o cual estudio científico, si fuera así ya me habría vuelto loco tomando solo yemas de huevo sin clara, cuatro veces por semana, o 6 o sólo cocida o todo lo contrario intentando evitar la parte mala del colesterol, ya dije que no me tengo por uno de esos tipos.
Pero sí, el alzheimer me da miedo, por cierto como a Aurora en el post anterior, que de eso va la canción aunque yo la tome por otro lado como sucede con la buena poesía. La vejez empieza a dármelo aunque esté lejana. Y uno de sus primeros efectos es la resistencia a los cambios, el apego a objetos y costumbres más allá de lo razonable. Abrazo entonces con voluntad estas evoluciones cuando ya no vienen a cuento, encuentro cierto morbo y satisfacción autoflagelante en cambiar algo fundamental en mi rutina; la cafetera que utilizo dos o tres veces al día, que siempre me ha echo sentir en casa, aún dándome algún quebradero de cabeza y que ya no me va a acompañar a ningún sitio.
El cambio decidido, forzado incluso, me hace creer que aún soy joven, que no he llegado al estado de estancamiento. Por cierto, que ha pesar de lo escrito ha sido E. quién, entre algo de suave culpabilidad y el cariño, adelantándose ha traido la nueva cafetera de inox a casa.
El cambio decidido, forzado incluso, me hace creer que aún soy joven, que no he llegado al estado de estancamiento. Por cierto, que ha pesar de lo escrito ha sido E. quién, entre algo de suave culpabilidad y el cariño, adelantándose ha traido la nueva cafetera de inox a casa.
PD.: Lo siguiente va a ser el libro electrónico… relleeeeeeeeno de Novela Negra. En el siglo XXI nada más que la Poesía y otras contadas excepciones, tal vez muchas pero contadas, merecen el árbol, el papel, el hueco de la estantería, el traslado y el trajín en cada cambio, los envíos por paquetería etc…
miércoles, 7 de agosto de 2013
Silencio
(cuando otros lo dicen mejor....)
Dios mío no dejes que caiga en el vacío
encenderás una luz si me he perdido
no dejes que el miedo adormezca mi mirada
sin mi mente no soy nada
Dime quién soy y dónde estoy
no sé de dónde he venido ni hacia dónde voy
Por qué me preguntan
si son los que preguntan
los culpables de mis dudas
estoy tan lejos de mi casa
Silencio...silencio
en una parte de mi hay un desierto
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
ha sido el tiempo y no perdona
Silencio... silencio
Si me faltaran las palabras
o si me ves mirando a nada
busca señales que te puedan mostrar
que queda luz en mi mirada...
Desde que te fuiste no me he cortado el pelo
ahora lo voy arrastrando por el suelo
Espero que entres de luz por mi ventana
sin mi mente no soy nada
Silencio... silencio
en una parte de mí hay un desierto
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
silencio... silencio
en una parte de mí se ha hecho invierno
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
ha sido el tiempo y no perdona
silencio...
aqui
Silencio. Aurora Beltrán
Dios mío no dejes que caiga en el vacío
encenderás una luz si me he perdido
no dejes que el miedo adormezca mi mirada
sin mi mente no soy nada
Dime quién soy y dónde estoy
no sé de dónde he venido ni hacia dónde voy
Por qué me preguntan
si son los que preguntan
los culpables de mis dudas
estoy tan lejos de mi casa
Silencio...silencio
en una parte de mi hay un desierto
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
ha sido el tiempo y no perdona
Silencio... silencio
Si me faltaran las palabras
o si me ves mirando a nada
busca señales que te puedan mostrar
que queda luz en mi mirada...
Desde que te fuiste no me he cortado el pelo
ahora lo voy arrastrando por el suelo
Espero que entres de luz por mi ventana
sin mi mente no soy nada
Silencio... silencio
en una parte de mí hay un desierto
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
silencio... silencio
en una parte de mí se ha hecho invierno
me inquieta esta calma
siento el olvido tatuado en mi mirada
ha sido el tiempo y no perdona
silencio...
Silencio. Aurora Beltrán
sábado, 6 de julio de 2013
Sucedido
A las doce y pico llegan las enfermeras, despertándome de esa duermevela hospitalaria de butaca al lado de la cama. “Nos la llevamos para arriba, a cuidados intensivos”, “Ok”, sabíamos que podía pasar, porque tenía un poco de fiebre, “yo voy con ustedes”. “No, venga dentro de una hora porque tenemos aún que prepararlo todo” y ese todo arrasó con la poca resistencia racional y contenida que intentábamos mantener.
“¿Todo?¿qué es todo?” pero ya sólo oí la respuesta sin enterarme de nada….
Una hora, bien. Eso significa a la una y cincuenta, aquí una hora es una hora y no un rato. Sin rastro de sueño me fijo en el reloj y empiezo a calcular las vueltas y los ángulos que han de girar cada una de las agujas para poder subir a la planta de arriba. Sin sueño pero con la cabeza aún entumecida voy despejándome al ritmo del segundero rojo.
De repente se para. ¡Joder! ¡Se ha parado justo ahora,
mierda!... pero el minutero sigue avanzando, más o menos grado a grado, seis
veces se movía antes por minuto. Para el que crea en señales misteriosas esto
no debe ser un buen augurio pensé, y yo, para no ser de los que creen, estaba
acojonado.
Al minuto y medio el segundero arrancó y dio una
vuelta completa en un instante como queriendo recupera el tiempo perdido, más o
menos el mismo tiempo que tardé en comprender que el reloj, uno de cocina
cualquiera sin cables de ningún tipo, está controlado por señal de radio, y a
las 1:00 Uhr de cada día se resetea y pone en hora atemorizando por segundos a
los incautos inocentes que en esos momentos lo están mirando.
domingo, 30 de junio de 2013
Pax armada
Blancos jugando a ser negras.
A veces, de la confusión,
surge la mayor de las genialidades.
f3-d4
A veces, de la confusión,
surge la mayor de las genialidades.
f3-d4
De repente...
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
El tiempo es el invento más noble de la especie humana. El tiempo es un concepto y los conceptos son una convención. La roca de obsidiana, el meter los pies en el Atlántico, la mirada de ira...nunca serán conceptos. Un minuto, un mes, miles de millones de años son la misma nada...el agujero negro de la conciencia.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Ha pasado un año desde que Fantasio partió desde el velero. El limonero lleva un año en casa del buen amigo ajeno a las vicisitudes de los que lo animamos a crecer. Tienen suerte los árboles de no tener dioses más allá del sol y la luna.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Hacer balance es morirse a cachos. Se cierra una puerta del presente que nunca más volverá a ser abierta. Puede que haya quien lo intente -¡incluso uno mismo!- mas lo hará ignorante de que al otro lado no hay más que un gran espejo.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Lo importante es tener cosas que contar. Adornar al tiempo alado con adornos de vivencia de la misma manera que se ponen las bolas al abeto de Navidad. Ya apareció la Navidad con su mueca de nostalgia; la nostalgia es la hija bastarda de la impotencia.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Quiero ser optimista sin ser estupido. Es imposible. Nacemos derrotados por el tiempo. Nuestra única batalla es hacer bella la derrota. La belleza es la cumbre de lo humano. Nuestra huella en su cima: la dignidad.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Ha pasado un año. Quedan tres meses. Una vez más soy viajero en tránsito. La lucha entre el afán por descubrir y las ganas por retornar define a las personas. Los que tenemos miedo a volar tenemos una gran ventaja: cuando tomamos un avión, lo hacemos sabiendo que es la única opción posible.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
En este año he vuelto tres veces. La primera por vocación, la segunda por afición, la tercera sin motivo alguno. Ahí empecé a ser del lugar del que me fui. En el abrazo de Ana y Magdalena bullía una vibración balsámica. El limonero vio salir la luna por el Pardo mientras el sol se escondía por San Martín de Valdeiglesias.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Se puede ser feliz sin ser estúpido. Ni optimista ni pesimista; si algo soy, es un empedernido palabrista.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Mi limonero no habla, pero está contento. Ha pasado todo un año...y las palabras siguen rondándolo, merodeando por un patio de Sevilla, solidarizándose para tejer el relato de todo lo bueno que me ha pasado.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
De repente, ya ha pasado un año...¡Salud!
El tiempo es el invento más noble de la especie humana. El tiempo es un concepto y los conceptos son una convención. La roca de obsidiana, el meter los pies en el Atlántico, la mirada de ira...nunca serán conceptos. Un minuto, un mes, miles de millones de años son la misma nada...el agujero negro de la conciencia.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Ha pasado un año desde que Fantasio partió desde el velero. El limonero lleva un año en casa del buen amigo ajeno a las vicisitudes de los que lo animamos a crecer. Tienen suerte los árboles de no tener dioses más allá del sol y la luna.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Hacer balance es morirse a cachos. Se cierra una puerta del presente que nunca más volverá a ser abierta. Puede que haya quien lo intente -¡incluso uno mismo!- mas lo hará ignorante de que al otro lado no hay más que un gran espejo.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Lo importante es tener cosas que contar. Adornar al tiempo alado con adornos de vivencia de la misma manera que se ponen las bolas al abeto de Navidad. Ya apareció la Navidad con su mueca de nostalgia; la nostalgia es la hija bastarda de la impotencia.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Quiero ser optimista sin ser estupido. Es imposible. Nacemos derrotados por el tiempo. Nuestra única batalla es hacer bella la derrota. La belleza es la cumbre de lo humano. Nuestra huella en su cima: la dignidad.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Ha pasado un año. Quedan tres meses. Una vez más soy viajero en tránsito. La lucha entre el afán por descubrir y las ganas por retornar define a las personas. Los que tenemos miedo a volar tenemos una gran ventaja: cuando tomamos un avión, lo hacemos sabiendo que es la única opción posible.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
En este año he vuelto tres veces. La primera por vocación, la segunda por afición, la tercera sin motivo alguno. Ahí empecé a ser del lugar del que me fui. En el abrazo de Ana y Magdalena bullía una vibración balsámica. El limonero vio salir la luna por el Pardo mientras el sol se escondía por San Martín de Valdeiglesias.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
Se puede ser feliz sin ser estúpido. Ni optimista ni pesimista; si algo soy, es un empedernido palabrista.
Tic, tac, tic, tac, tic, tac...
Mi limonero no habla, pero está contento. Ha pasado todo un año...y las palabras siguen rondándolo, merodeando por un patio de Sevilla, solidarizándose para tejer el relato de todo lo bueno que me ha pasado.
Tac, tic, tac, tic, tac, tic...
De repente, ya ha pasado un año...¡Salud!
sábado, 29 de junio de 2013
....la alegría espontánea...
La alegria no siempre es espontánea en las personas inteligentes.
Pero lo inteligente es alegrarse siempre que la situación lo merezca.
La partida de la vida se juega en 64 casillas
o eso cuentan aquí
con extractos como este...
"El que pierde en ajedrez es el que más aprende. En ajedrez no le puedes echar la culpa al árbitro o al terreno embarrado"...
que me recuerda aquellas tardes de no estudio , en las que Victor volvía a perder ante Agustín acumulando un total de 2 a 10 en contra y sin embargo se revolvía diciendo aquello de "...de esas diez por lo menos 5 casi te las gano yo.." o como el amigo Raimundo se enfadaba muchos más, perdiendo al ajedrez contra mí y mis hirientes comentarios, que cualquiera en un campo de fútbol.Sentía insultada su inteligencia , y para aquellos pre-cientificos que se quedaron en eso, la inteligencia era TODO.
Después de liberar la patente del Viagra y de descubrir por fin el viagra femenino que libere al hombre de una más de las pocas obligaciones masculinas que le quedan y definen;
¿Se atreverán con alguna pastilla que contenga o palíe la ignorancia de los pocos años?
Cuánto tiempo y energía de alegre juventud recuperada si en vez de mitificar la adolescencia hasta el postergado límite azul, sirviera de algo, tarde y sobre todo temprano, eso de ser adulto.
Por fortuna, quedán los arbitros, el cesped y la suerte verde...
Resultado 7ª jornada ( partido adelantado)
Exiliados de 5evilla 0 ; Comunidad berlino4ndaluza 0 (1ºParte)
con extractos como este...
"El que pierde en ajedrez es el que más aprende. En ajedrez no le puedes echar la culpa al árbitro o al terreno embarrado"...
que me recuerda aquellas tardes de no estudio , en las que Victor volvía a perder ante Agustín acumulando un total de 2 a 10 en contra y sin embargo se revolvía diciendo aquello de "...de esas diez por lo menos 5 casi te las gano yo.." o como el amigo Raimundo se enfadaba muchos más, perdiendo al ajedrez contra mí y mis hirientes comentarios, que cualquiera en un campo de fútbol.Sentía insultada su inteligencia , y para aquellos pre-cientificos que se quedaron en eso, la inteligencia era TODO.
Después de liberar la patente del Viagra y de descubrir por fin el viagra femenino que libere al hombre de una más de las pocas obligaciones masculinas que le quedan y definen;
¿Se atreverán con alguna pastilla que contenga o palíe la ignorancia de los pocos años?
Cuánto tiempo y energía de alegre juventud recuperada si en vez de mitificar la adolescencia hasta el postergado límite azul, sirviera de algo, tarde y sobre todo temprano, eso de ser adulto.
Por fortuna, quedán los arbitros, el cesped y la suerte verde...
Resultado 7ª jornada ( partido adelantado)
Exiliados de 5evilla 0 ; Comunidad berlino4ndaluza 0 (1ºParte)
viernes, 28 de junio de 2013
Humildad bendito tesoro...
Queda la falsa simetría.
La del que guarda toda la ropa,
haciendo la gallina.
e4-d5.
La del que guarda toda la ropa,
haciendo la gallina.
e4-d5.
viernes, 14 de junio de 2013
¿Atenaza la Amenaza?
¿Atenaza la Amenaza?
Sólo a los débiles de espíritu temerosos de Futuro.
[Axd5]
Sólo a los débiles de espíritu temerosos de Futuro.
[Axd5]
Esencia formal, esencia de fondo.
La estrategia se basa en la amenaza,
no en la acción.
Estamos a punto de dejar de ser adolescentes.
C4-D5
no en la acción.
Estamos a punto de dejar de ser adolescentes.
C4-D5
martes, 11 de junio de 2013
Simpatía por el segundo o el fiel escudero...
No me gusta tanto el deporte, o mejor dicho, me gusta pero no en sí, sino como metáfora vital... algunos cerebros masculinos somos así de simples ;-)
Me parece increible que alguien quisiera que Nadal ganara a Ferrer la final de Roland Garros. Creo, por la imagen fabricada de Nadal en los medios que ni él, pensando, querría. Pero como dijo el a la postre perdedor, se trata de jugar no de pensar demasiado...
Esa simpatía por el "débil" o el no-favorito me parece generalizada, y evidentemente estoy equivocado porque una gran parte de las personas, incluso la mayoría, apuestan por el ganador, Madrid; Barca; Bayern etc...y escarbando un poco más en esas proyecciones no me cuesta descubrir que nunca me identifiqué con el mejor.
Por poner ejemplos que se me vienen a la cabeza;
quería ser Winnetou y no Old Shatterhand; o Scottie Pippen o Dennis Rodman pero no Jordan.
Uno de mis mejores amigos de la infancia lo hice porque le propuse para delegado de clase y me ofrecí a hacerle su campaña electoral!!!!!! con 11 años... vamos, segundón o personalidad "escudero" de libro ¿no?.
¿Por qué? es la siguiente pregunta, no hace falta mantener a un psicologo argentino para eso...
[pero si lo eres escribeme la respuesta en comentarios ;-)]
No lo sé, pero diría que tiene que ver con el "miedo al fracaso" o "rechazo a la responsabilidad" que son caras de la misma moneda. Evidentemente sólo Nadal puede cagarla de verdad, como nunca el no-favorito podrá hacerlo, para él ya es una victoria llegar donde ha llegado.
Sin embargo y contra lo que yo mismo he creido las personas cambian, y se cambian así mismas, como la "Agrado" en "Todo sobre mi Madre" de Almodovar, si son lo suficientemente valientes para enfrentarse a ese reto.
Como dijo también Ferrer se aprende más de las derrotas de las victorias, yo simpre lo he dicho de los suspensos... , y él ganará un grande, deseo, y lo disfrutará más que el niño de 19 años que casi sin darse ni cuenta ha llegado teledirigido hasta allí. Y los dos triunfaremos sobre nuestra historia de semifinales y partidos muy bien jugados pero perdidos, de hecho ya lo estamos haciendo...
La iglesia teje sus manejes
[Ae6]
El obispo negro hace lo que tiene que hacer sin hacer preguntas,
completa el nudo de incierto desenlace.
Tarde o temprano habrá fumata de uno u otro color.
Todos siguen las creencias únicas y
la Iglesia terrorífica y sabia por vieja, estará en el bando ganador. Seguro.
.
.
. Seguro?
sábado, 25 de mayo de 2013
El principio del inicio del comienzo del fin ¿quién tirá la primera piedra?
Giramos alrededor del sol.
Mas a veces el centro del universo
es una casilla blanca.
f1-c4
Mas a veces el centro del universo
es una casilla blanca.
f1-c4
miércoles, 22 de mayo de 2013
Debe de ser sana esta manera de vivir los sueños.
Un sueño pequeño, les parecerá a algunos, pero para mi tan grande como el mismo triciclo.
Pedaleando por las calles y los parques con mi niña dentro saludando a cada perro que nos cruzamos en el camino, iba yo más feliz que en un ferrari descapotable.
Las dos ruedas tienen eso que después de un rato hace inevitable que te sientas mejor;
>>Tres ruedas más niñ@ = sonrisa asegurada<<
La tiranía kilométrica de esta vida nómada me ha obligado a deshacerme de la lunática bicicleta; si has vivido tu sueño, no te ancles, "pásalo"...y en vez de a una familia de tres niños y perro que cabrian holgados le he pasado mi sueño efímero a un artista, a un pintor (parece que exitoso y reconocido) que no sé si de colores, pero en sueños debe de ser un experto si vive de sus cuadros.
Para mi, quedan esos paseos.
¡Tschüss Lunática! tienes el lugar más especial entre las bicis de mi vida.
martes, 21 de mayo de 2013
tum...tum...tum...
Al unísono desmonta el Bosque su andamiaje vegetal,
descompuesta en ordenados paquetes
migra al Sur la vida maleza
······························ҀӺӞ······························
se oye el ritmo tum...tum... tum...
se canta el rumbo Sur...Sur...Sur...
Está pasando....
Mientras recapitulas
medio borrosas, totalmente nítidas,
detecto tus vías de agua.
h3
medio borrosas, totalmente nítidas,
detecto tus vías de agua.
h3
miércoles, 15 de mayo de 2013
...recapitulando...
1. e4 ; e5
Qué buen regalo, con el paso de las horas, los días... se diluye sin embargo el valor del objeto. Permanece únicamente como recuerdo de un momento mágico, múltiple y extenso entre distintas ciudades, personas paises...y años. Recuerdo eso sí, aún necesario para que el corazón no se olvide cuando la cabeza es tan poco dada a la memoria.
2. Cf3 Cc6
Ya no me interesa tanto descubrir nuevas personas, culturas y paisajes. Es primordial conocer nuevos paisajes, culturas y alegrias con las mismas personas de siempre. Gracias Correo Postal, gracias Internet, y Skipe... gracias a la lengua, ese imprescindible vehículo atemporal, disponible en cada esquina en diferentes motorizaciones y opciones de equipamiento.
3. Cc3 ; d6
En algún momento compartiremos Barrio, Mercado y Tasca. No lo dudo. Como tampoco dudo que aún queda mucho para eso y que tenemos que aplicarnos para seguir guerreando sin desfallecer las innumerables batallitas que contar juntos en ese futuro lejano.
4. No adolece de Poesía la matemática, aunque así lo parezca a primera vista....
http://es.wikipedia.org/wiki/Notaci%C3%B3n_algebraica
Qué buen regalo, con el paso de las horas, los días... se diluye sin embargo el valor del objeto. Permanece únicamente como recuerdo de un momento mágico, múltiple y extenso entre distintas ciudades, personas paises...y años. Recuerdo eso sí, aún necesario para que el corazón no se olvide cuando la cabeza es tan poco dada a la memoria.
2. Cf3 Cc6
Ya no me interesa tanto descubrir nuevas personas, culturas y paisajes. Es primordial conocer nuevos paisajes, culturas y alegrias con las mismas personas de siempre. Gracias Correo Postal, gracias Internet, y Skipe... gracias a la lengua, ese imprescindible vehículo atemporal, disponible en cada esquina en diferentes motorizaciones y opciones de equipamiento.
3. Cc3 ; d6
En algún momento compartiremos Barrio, Mercado y Tasca. No lo dudo. Como tampoco dudo que aún queda mucho para eso y que tenemos que aplicarnos para seguir guerreando sin desfallecer las innumerables batallitas que contar juntos en ese futuro lejano.
4. No adolece de Poesía la matemática, aunque así lo parezca a primera vista....
http://es.wikipedia.org/wiki/Notaci%C3%B3n_algebraica
lunes, 29 de abril de 2013
jueves, 25 de abril de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
Mejor, adjetivo comparativo, y fútbol (claro)
(¿existe "mejor" en Chino y Árabe, y en Ruso, Turco o Japonés? porque el concepto es amplio, general y en cierto modo abstracto, sería lógico que en alguna lengua exacta no existiera....)
Tras cuatro años viviendo con ellos sigo intentando definir mis impresiones...
Ayer y hoy han sido citas socialmente importantes, y uno se da cuenta cuando escucha a los comentaristas de los partidos (reflejo potenciado de la sociedad) aún más tras el evidente complejo futbolístico de inferioridad que arrastran los vecinos teutones desde el último mundial y eurocopa.
Es increible, por ejemplo, lo ecuánimes que son, si una falta es falta lo dicen, si es un fuera de juego o tarjeta amarilla igual, aunque vaya contra su equipo, eso es impensable en si uno se baña en el Mediterráneo o casi , como Portugal. Son además, relativamente recatados en la victoria pero hay algo que aún chirría y que despierta animadversión... y es complicado de definir.
Ellos se sienten mejores, lo que, en principio, no es malo. Tener autoconfianza y ese sentido colectivo es sin duda positivo y legítimo. Reconocen también con muy pocos problemas la victoria ajena, de una manera justa y objetiva, nada comparado con las sociedades que daremos en llamar "del Sur" que van a tergiversar todo y justificar hasta limites insopechados cualquier mal resultado con tal de no decir "lo hice mal" o "fallé" o "es mi culpa".
De alguna manera el español o el italiano, aunque diga soy el mejor quiere decir; aqui se vive mejor, o soy más listo o más guapo o ligo más y además en cierto modo acepta a los otros , a los no tan guapos o listos como parte del juego. Pero cuando el alemán lo dice, Mejor, lleva una carga innegable de "superior" de mejor-en-todo-siempre y además no lo va diciendo como el del sur; pierda o gane (lo que disminuye su credibilidad), no como el que se llama así mismo el mejor equipo del mundo aunque le hayan metido cuatro goles, no. El alemán se lo va a guardar para el momento de la victoria, cuando efectiva y momentáneamente es el mejor, te lo va a decir a la cara con el pecho henchido justo entonces y va a joder mucho porque en verdad es el mejor en algo en ese instante, un "poné" fútbol en Europa este año.
El problema surge porque a partir de ese acontecimeinto se lo creen; que son los mejores y superiores en todo siempre, y como eso no es así y el resto del mundo existe y les tocan mucho las pelotas, pues va y se monta una guerra y entonces los alemanes pierden tarde o temprano; y digieren sumisos su derrota y trabajan duro para rehacerse porque por dura que sea la humillación en su interior profundo se siguen creyendo mejores; solo esperan la oportunidad de volver a demostrar al resto de los humanos que lo son, y cuando lo demuestran o cuando lo creen demostrado empieza de nuevo el ciclo porque son tan cuadriculados que no hay, por derrotados y jodidos que estén, quien les quite de la cabeza eso de que en realidad son los mejores.
No son capaces de ver que los mejores no existen y que si se preocupasen de ser los más felices, en vez de los mejores, se darían cuenta de cuantas sociedades y paises tienen por delante.
Tras cuatro años viviendo con ellos sigo intentando definir mis impresiones...
Ayer y hoy han sido citas socialmente importantes, y uno se da cuenta cuando escucha a los comentaristas de los partidos (reflejo potenciado de la sociedad) aún más tras el evidente complejo futbolístico de inferioridad que arrastran los vecinos teutones desde el último mundial y eurocopa.
Es increible, por ejemplo, lo ecuánimes que son, si una falta es falta lo dicen, si es un fuera de juego o tarjeta amarilla igual, aunque vaya contra su equipo, eso es impensable en si uno se baña en el Mediterráneo o casi , como Portugal. Son además, relativamente recatados en la victoria pero hay algo que aún chirría y que despierta animadversión... y es complicado de definir.
Ellos se sienten mejores, lo que, en principio, no es malo. Tener autoconfianza y ese sentido colectivo es sin duda positivo y legítimo. Reconocen también con muy pocos problemas la victoria ajena, de una manera justa y objetiva, nada comparado con las sociedades que daremos en llamar "del Sur" que van a tergiversar todo y justificar hasta limites insopechados cualquier mal resultado con tal de no decir "lo hice mal" o "fallé" o "es mi culpa".
De alguna manera el español o el italiano, aunque diga soy el mejor quiere decir; aqui se vive mejor, o soy más listo o más guapo o ligo más y además en cierto modo acepta a los otros , a los no tan guapos o listos como parte del juego. Pero cuando el alemán lo dice, Mejor, lleva una carga innegable de "superior" de mejor-en-todo-siempre y además no lo va diciendo como el del sur; pierda o gane (lo que disminuye su credibilidad), no como el que se llama así mismo el mejor equipo del mundo aunque le hayan metido cuatro goles, no. El alemán se lo va a guardar para el momento de la victoria, cuando efectiva y momentáneamente es el mejor, te lo va a decir a la cara con el pecho henchido justo entonces y va a joder mucho porque en verdad es el mejor en algo en ese instante, un "poné" fútbol en Europa este año.
El problema surge porque a partir de ese acontecimeinto se lo creen; que son los mejores y superiores en todo siempre, y como eso no es así y el resto del mundo existe y les tocan mucho las pelotas, pues va y se monta una guerra y entonces los alemanes pierden tarde o temprano; y digieren sumisos su derrota y trabajan duro para rehacerse porque por dura que sea la humillación en su interior profundo se siguen creyendo mejores; solo esperan la oportunidad de volver a demostrar al resto de los humanos que lo son, y cuando lo demuestran o cuando lo creen demostrado empieza de nuevo el ciclo porque son tan cuadriculados que no hay, por derrotados y jodidos que estén, quien les quite de la cabeza eso de que en realidad son los mejores.
No son capaces de ver que los mejores no existen y que si se preocupasen de ser los más felices, en vez de los mejores, se darían cuenta de cuantas sociedades y paises tienen por delante.
martes, 16 de abril de 2013
No tengo miedo
(este es un Haiku prestado de Pony Bravo)
No tengo miedo a los rayos,
no tengo miedo a los rayos
porque tienen un brillo
lo mismo que mi caballo.
Quién tiene miedo a mi caballo!?!?!?
No tengo miedo a los rayos,
no tengo miedo a los rayos
porque tienen un brillo
lo mismo que mi caballo.
Quién tiene miedo a mi caballo!?!?!?
miércoles, 27 de marzo de 2013
Callo, cayó o calló?
No es una duda ortográfica. La respuesta es Sí.
.
.
.
¿ Alguien duda de que con la edad vamos encallando, encallándonos, encalleciéndonos, cayendo y callando?
Nunca fuí al podólogo, por eso; por nuevo y porque ya va siendo hora, creo que debo de hacerlo un día....
sábado, 23 de marzo de 2013
Contrarrestan?
¿Contrarrestan, de alguna manera, las gotas de lluvia que
caen,
resbalan
sobre fachadas,
rostros y árboles
los deseos de los hombres que se elevan para ser barridos
por la más
mínima
Brisa?
xxx
x xx
x x
x xx xxx
x x x x
xxx xx xx
caen,
resbalan
sobre fachadas,
rostros y árboles
los deseos de los hombres que se elevan para ser barridos
por la más
mínima
Brisa?
xxx
x xx
x x
x xx xxx
x x x x
xxx xx xx
martes, 12 de marzo de 2013
Ese Cadi oé
Saltando muros, rompiendo lógicas
cual "Mágico" desbocado;
la belleza pertenece a quien desobedece a las rectas.
g1f3
cual "Mágico" desbocado;
la belleza pertenece a quien desobedece a las rectas.
g1f3
sábado, 9 de marzo de 2013
Estaba clarísimo, tú siempre has querido irte. Yo ya lo sabía.
Estaba clarísimo, tú siempre has
querido irte. Yo ya lo sabía.
No te vayas. Por qué arriesgarse, por qué perder lo que tienes aquí.
Sí, probablemente es así… cuando
de niño y adolescente me imaginaba con 35 años, lo hice muchas veces viéndome
en ciudades desconocidas remotas y exóticas. De todas formas eso me parece
razonablemente sano para cualquier persona y poco transcendente a la hora de
tomar decisiones reales en la vida adulta. Pero indudablemente si con 12 años
me hubieran dicho que con 40 iba a vivir en, en una ciudad remota como por ejemplo, Temuco, Chile me habría
parecido “guay”. Si con esa edad lo que quiere uno es formar una familia en el
barrio de sus padres y comer con ellos los domingos es que no ha leido a Verne,
Salgari, ni Karl May y se está perdiendo mucha vida.
Después de adulto se da cuenta uno
de que necesita muchos menos cosas, y con un par de amigos, un trabajo digno,
un hospital cerca, un bar de confianza, una vista bonita etc… te sobra para
vivir con tu familia en un lugar.
Si ahora me dan a elegir, entre
vivir de realquilado en el piso de mis padres aspirando a peores condiciones de
trabajo y lo distinto, pues no tengo dudas y eso no quiere decir que no vea
nada malo o este 100% convencido quiere decir que aunque me duelan cosas,
evaluando las circunstancias no tengo dudas.
De todas formas lo que me hiere es
ese “yo ya lo sabía” o “estaba clarísimo”, ¿quiere decir que no te importa?¿te
gusta la idea? Nunca me animaste a hacerlo, y menos luchaste para evitarlo. Son
expresiones incompletas que como mínimo molestan. Y da la impresión que tú, y
contigo todos le colgasteis a esa persona de 12 años esa etiqueta de “quiere
irse” o “distinto” y desde entonces solo habéis contemplado el desarrollo de la
historia por lo visto sabiendo el desenlace cuando todos erais por fuerza más
que meros espectadores.
Tu familia no te importa, al final
haces lo que te da la gana.
Lo primero es radicalmente falso y
no hay lugar a discutirlo pero no es contradictorio con lo segundo
¿qué otra cosa puede hacer uno que
lo que le de la gana? ¿elegir según sus circunstancias lo que ve mejor o menos
malo, después de pensarlo?.
No te vayas. Por qué arriesgarse, por qué perder lo que tienes aquí.
Lo que tengo aquí no lo pierdo, lo
alejo… que es bastante pero no es lo mismo. Poniendo el ejemplo de la salud, sí
tengo un cáncer, un poné que espero no suceda, volvería de inmediato…y si en
vez de a mi fuera algo con mis mujeres... ”ipso facto”. Estaremos peor
atendidos para cosas urgentes o sorpresivas pero esa ruleta si te toca te toca,
es un riesgo asumible, o inasumible pero no queda otra pensando que mueren
personas atropelladas por ambulancias en la puerta de urgencias.
Alejarse, también de otras cosas,
alejarse de las personas queridas tiene efectos negativos, irreversibles con el
paso de los años que habrá que intentar minimizar con el internet, el correo
postal, los aviones o como sea. Esos efectos son lo peor sin duda, y lo más
difícil a la hora de decidir.
Desde un punto de vista práctico
no se puede negar que en ningún sitio voy a vivir tan seguro y tan cómodo como
aquí. Pero, no quiero conscientemente tomar decisiones vitales desde un punto
de vista práctico, y “comodidad” y “seguridad” no pueden ser los lemas que
guien mi vida , no estoy dispuesto, no soy tan viejo, no estoy tan muerto.
jueves, 21 de febrero de 2013
El instante preciso. La chispa adecuada.
Nunca parece el momento idóneo para las primeras vece5
Luego se hace tarde.
y Ya no es tan importante si llueve o brilla el Sol.
jueves, 14 de febrero de 2013
miércoles, 6 de febrero de 2013
El velatorio (nuevo tránsito de un microcosmos a un macrocosmos)
[Prefacio]
Hay una cuestión en la que ningún médico puede fallar: la detección de la gravedad. Ni el diagnóstico ni el tratamiento son tan importantes como el estado de alerta ante una situación que se puede complicar. Ese estar atento implica dar valor a cada uno de los signos y síntomas y no estar tranquilo hasta disponer de los suficientes elementos de juicio como para saber por dónde van a ir los acontecimientos. Hay pacientes aparentemente con buen estado pero con datos ominosos como una sudoración inexplicable, inquietud, taquicardia... ¡y estos son los pacientes en los que no se puede fallar! Y no fallar significa estar a su lado, atentos, contemplando todas las posibilidades y tener una estrategia para cada una de ellas: anticiparse en definitiva. Ante este planteamiento hay dos conductas erróneas que se repiten con frecuencia: 1) Errar en la elección de los datos clave, es decir, sobreestimar lo superfluo e infraestimar lo cardinal y 2) Intentar arreglar el desaguisado repitiendo las mismas estrategias o, lo que es lo mismo, multiplicar esponencialmente el error primogénito.
La primera pauta de negligencia es bastante fácil de explicar. Por un lado, el médico tiende a pensar que lo que él piensa tiene que ser verdad (con el ego hemos topado) pues llevan diciéndoselo desde que es un niño en la mayor parte de los casos y desde que es estudiante en el escaso resto faltante. Por tanto, a la hora de seleccionar los signos/síntomas escogerá aquellos que mejor se adapten a su propuesta que, por lo general, será un diagnóstico brillante al alcance de poca gente (en el caso de los clínicos) que otorgue la exclusividad del manejo del cuadro y un diagnóstico vulgar (en el caso de los quirúrgicos) que le exima de actuar y permita delegar la responsabilidad en otros. Dicho esto, el factor de decisión más importante no ha sido todavía dicho: la comodidad. Escogeré el diagnóstico más asequible, que me permita despachar lo antes posible al paciente y, por supuesto, irme a dormir sin pasar la noche en vela. Este es el motivo, por ejemplo, por el que, si uno va a urgencias con fiebre de foco no evidente, lo más probable es que le diagnostiquen de una infección urinaria (tira urinaria reactiva + antibiótico sietre días + a casa).
La segunda pauta es más respetable ya que no tiene que ver con la actitud sino con la aptitud. El sentimiento de culpabilidad nos empuja al principio de la compensación que viene a ser tener que hacer lo máximo posible en el menor tiempo posible...Peligro. Los tiempos de la enfermedad los marca la enfermedad, no la prisa de los médicos por resolverla.
España estaba grave, muy grave, dando claros síntomas de desfallecimiento. En mi opinión su último intento por sobrevivir fue el movimiento 15-M, algo que ya forma parte del pasado. Tuvo la malísima suerte de contar con un equipo médico absolutamente incompetente (los políticos), con un material obsoleto y deteriorado (la constitución y el sistema de representatividad), con un entorno social claudicado (Europa) y con una enfermedad congénita (el orgullo) de la que emanan todos los males. Sin orgullo quizás hubiera sido capaz de hablar y de escucharse a sí misma. El orgullo sólo sirve para henchirse.
Después de la autopsia (léase "Españoles, España...ha muerto") nadie tiene duda de que España es un concepto sin viabilidad como un cadáver es un cuerpo que sólo puede hacer una cosa: descomponerse. Habrá quien intente embalsamarlo. En su derecho está. Pero no debemos olvidar que el brazo incorrupto de Santa Teresa no ha sido capaz, hasta la fecha, de escribir ningún poema.
España, en estos momentos, no es más que un nombre y una bella y rica página del libro de historia de las civilizaciones. Su ideosincrasia es sencillamente un asunto del pasado. Vendrán otros tiempos, volveremos a creer en el colectivo, sin duda, pero con un esquema radicalmente diferente al que hemos tenido hasta ahora. Será mejor o peor en la medida en que permita prosperar física y emocionalmente a los individuos que lo formemos. Podrá llamarse igual, pero ya nunca será igual ¿Hacia dónde caminamos?
EL VELATORIO
Siempre me ha llamado la atención que, en los velatorios, todo elmundo tiene un rol asignado que sabe cumplir a la perfección. Cada uno interpreta su papel de la mejor manera posible: hay quien sobreactúa, hay quien está tan desorientado que sólo sabe hablar muy rápido y cambiar continuamente de conversación, hay quien ve su propia muerte en el rostro maquillado del cadáver y se abisma en el misterio de la vida, hay quien está atento para ayudar con las pequeñas cosas como el agua, la comida, el periódico, etc...
El velatorio de nuestra querida y malhadada España es, como no podía ser de otra manera, masivo ¡Tanta gente la quería y tanta gente la odiaba! Ocurre que la gente que la quería es mucho más diversa que la gente que la odiaba: se puede querer de muchas maneras pero sólo hay una manera de odiar. El querer es un concepto poliédrico mientras que el odio es unívoco.
Entre conversaciones, abrazos y sollozos un espectador ajeno a la víctima que se ha colado por instinto literario en el velatorio, intenta descifrar los gestos, los rostros, las alianzas, ese universo sin palabras que gravita alrededor de la pérdida.
Ve nuestro reportero un grupo de personas con un cierto parecido al difunto que se mantienen a una distancia suficiente como para no oler los reproches que le manda el cuerpo en proceso de descomposición (quizás podría utilizar la palabra "corrupción") y suficiente como para controlar todo el cotarro. Son los primogénitos, los que recibieron todo tipo de ayudas por parte de la difunta para formar su pequeño imperio, los que no atendieron las primeras peticiones de auxilio ¡tan ocupados estaban en cosas serias!, los que una o dos veces año se hacían sangre en los labios pronunciando su nombre y los trescientos sesentaycuatro días restantes se burlaban de ella en los cenáculos del poder, los que tenían esa extraña forma de querer que se acaba cuando se corta el chorro del beneficio, los que la dejaron morir exangüe, demacrada, mutilada mientras le repetían que era la más guapa del mundo. Comprueba nuestro reportero que en grupos de dos y de tres todos hacen cuentas ¡no paran de hacer cuentas! De vez en cuando alguien se acerca a darles el pésame y con contrariedad y displicencia ponen su mejor rostro compungido y su mirada de "no me robes este tiempo precioso, no ves que estoy rodeado de hermanos carroñeros y tengo que salvar mi pellejo suizo". Cuando se hablan entre sí, su cara no encierra un rostro sino el retrato de una calculadora; los gestos se pierden cuando se trata de hacer negocios. A decir verdad ya han amasado la mayor parte de su fortuna, pero todavía les queda una jugosa herencia que repartir. En eso están, en los despojos de la difunta España, en como evitar que nada de lo que deja llegue al resto de comensales. Es fundamental que así sea; se trata de un todo o nada. Como alguien logre demostrar que le corresponde a ley la más mínima parte del patrimonio, puede servir de ejemplo para el resto de parientes y hacer que estos pidan su parte y...no quieren ni pensarlo.
Este grupo no está aislado. No todos los que se les acercan son molestos. Habla el reportero especialmente de unos tipejos con aspecto de comadreja, cuaderno de notas y bolígrafo de propaganda que a un leve gesto de los priogénitos, acuden raudos. Los comadrejas, cuando reciben el mensaje, se reparten por el resto de la sala y platican con todo el que se le cruza sobre lo terrible que ha sido todo, regalando a los incautos oyentes la versión oficial y verdadera (¿acaso pueden ser distintas?) de lo acontecido. Si por casualidad, alguien osa replicar sus narraciones, logran de forma inexplicable, captar a cuatro o cinco como ellos que empiezan a hacer chirriar sus dientes y crujir sus nudillos formando un molesto alboroto hasta que otro de ellos, con aparente sorpresa, media en el conflicto y termina pidiendo disculpas a todos por la indecencia de ese individuo, casualmente, el que intentaba discutir la versión oficial. En una ocasión incluso, informa nuestro reportero, vio como una cuadrilla de matones dirigida por uno de los voceros expulsaba a un individuo con toga entre insultos y amenazas...algo demasiado gordo o demasiado verdadero tuvo que decir, supone.
Poca gente más tiene acceso a los primogénitos...ah, sí, bueno, hay otra persona que de alguna manera se comunica con ellos. Es una mujer rubia, con flequillo, que se sienta en una esquina. Su rostro relajado no encaja con sus ojos taimados y pendientes...¿diría uno que está tramando algo?. La señora maneja con soltura un abanico que parece apuntar a algunos al cerrarse y ocultar a otros al abrirse. Es imposible descifrar ese lenguaje, pero se nota que hay mucho mando en la muñeca. Por decir, incluso da la sensación de que los primogénitos mueven los ojos al ritmo del abanico y de que compiten en sonreir a esta extraña dama. Incluso algunas comadrejas la miran como para pedir permiso antes de ejecutar las órdenes de los primogénitos. De repente se levanta para ir al baño y todo el personal queda expectante,paralizado ante su ausencia...Falsa alarma, ni se ha maquillado ni ha cambiado de abanico, pero su sonrisa parece a cada instante más segura de sí misma.
En un escenario en el que parece que todos andan midiendo, nuestro reportero encuentra a alguien que padece y que induce a la compasión. Es un alguien extraño pues parece repartido por millones de rostros de los que no se atreven a acercarse demasiado al cuerpo presente. Es un rasgo compartido, una mueca de dolor de esas que solo el sentimiento de pérdida puede arrancar. Lo ve en unas mujeres sencillas, silenciosas, de esas que se nota que han trabajado todos los días de su vida, quizás incluso sirviendo a España, con la tenacidad de los humildes, con la discreción de los que no necesitan más que su honestidad para saber que el mundo es justo; una especie de pueblo llano, quizás servil, que probablemente no compartieron con el muerto más que algunos pequeños momentos, pero que siempre estuvieron agradecidos por su generosidad o, si no, porque de alguna manera los respetaba. En ellos que no tienen nada que pensar y sí mucho que sentir es donde nuestro reportero asegura haber visto algunas lágrimas.
Por supuesto, también hay gente a la que le brilla la mirada cada vez que la dirige al féretro. Sonríen tranquilamente y hablan mal del muerto. Cuando se hace el silencio, vuelven a hablar mal y cada uno intenta demostrar que es más víctima que cualquier otro. Estas personillas trasmiten el desasosiego de la misma manera que lo hace una fuente seca. Todavía no se han enterado de que el fracaso del enemigo no es ninguna victoria. Que es imposible construir un edificio solo escarbando.
Un momento, nos informa nuestro reportero de que algo debe estar ocurriendo. La gente forma un pasillo por el que se abren paso bajo palio cuatro caballeros. - ¡Los médicos, son los médicos! dice una voz. - No, la corrige otra. Los médicos son los que llevan las cuatro varas del palio. La comitiva avanza con sus patillas y sus dentaduras blanqueadas y sus relojes de oro. Cuando finalmente uno de ellos llega hasta el cadáver de España, levanta la mano y pide silencio.
- Queridos españoles, sabéis que nosotros en estrecha colaboración con los médicos, hemos hecho todo lo posible por salvar a España. Lamentablemente no lo hemos logrado y tendremos que acostumbrarnos a vivir sin ella. Pero no os preocupéis. Sabemos lo que hay que hacer para que nada cambie. Lo único que os pedimos es que hagáis lo que digamos.
Inmediatamente los médicos agacharon la cabeza en gesto de asentimiento, los comadrejas rechinaron sus dientes, los primogénitos hicieron sus cálculos, la señora rubia abrió el abanico y se tapó la cara salvo los ojos que fulguraban y las mujeres, los millones de mujeres, se enjugaron las lágrimas y se miraron desconcertadas.
Hay una cuestión en la que ningún médico puede fallar: la detección de la gravedad. Ni el diagnóstico ni el tratamiento son tan importantes como el estado de alerta ante una situación que se puede complicar. Ese estar atento implica dar valor a cada uno de los signos y síntomas y no estar tranquilo hasta disponer de los suficientes elementos de juicio como para saber por dónde van a ir los acontecimientos. Hay pacientes aparentemente con buen estado pero con datos ominosos como una sudoración inexplicable, inquietud, taquicardia... ¡y estos son los pacientes en los que no se puede fallar! Y no fallar significa estar a su lado, atentos, contemplando todas las posibilidades y tener una estrategia para cada una de ellas: anticiparse en definitiva. Ante este planteamiento hay dos conductas erróneas que se repiten con frecuencia: 1) Errar en la elección de los datos clave, es decir, sobreestimar lo superfluo e infraestimar lo cardinal y 2) Intentar arreglar el desaguisado repitiendo las mismas estrategias o, lo que es lo mismo, multiplicar esponencialmente el error primogénito.
La primera pauta de negligencia es bastante fácil de explicar. Por un lado, el médico tiende a pensar que lo que él piensa tiene que ser verdad (con el ego hemos topado) pues llevan diciéndoselo desde que es un niño en la mayor parte de los casos y desde que es estudiante en el escaso resto faltante. Por tanto, a la hora de seleccionar los signos/síntomas escogerá aquellos que mejor se adapten a su propuesta que, por lo general, será un diagnóstico brillante al alcance de poca gente (en el caso de los clínicos) que otorgue la exclusividad del manejo del cuadro y un diagnóstico vulgar (en el caso de los quirúrgicos) que le exima de actuar y permita delegar la responsabilidad en otros. Dicho esto, el factor de decisión más importante no ha sido todavía dicho: la comodidad. Escogeré el diagnóstico más asequible, que me permita despachar lo antes posible al paciente y, por supuesto, irme a dormir sin pasar la noche en vela. Este es el motivo, por ejemplo, por el que, si uno va a urgencias con fiebre de foco no evidente, lo más probable es que le diagnostiquen de una infección urinaria (tira urinaria reactiva + antibiótico sietre días + a casa).
La segunda pauta es más respetable ya que no tiene que ver con la actitud sino con la aptitud. El sentimiento de culpabilidad nos empuja al principio de la compensación que viene a ser tener que hacer lo máximo posible en el menor tiempo posible...Peligro. Los tiempos de la enfermedad los marca la enfermedad, no la prisa de los médicos por resolverla.
España estaba grave, muy grave, dando claros síntomas de desfallecimiento. En mi opinión su último intento por sobrevivir fue el movimiento 15-M, algo que ya forma parte del pasado. Tuvo la malísima suerte de contar con un equipo médico absolutamente incompetente (los políticos), con un material obsoleto y deteriorado (la constitución y el sistema de representatividad), con un entorno social claudicado (Europa) y con una enfermedad congénita (el orgullo) de la que emanan todos los males. Sin orgullo quizás hubiera sido capaz de hablar y de escucharse a sí misma. El orgullo sólo sirve para henchirse.
Después de la autopsia (léase "Españoles, España...ha muerto") nadie tiene duda de que España es un concepto sin viabilidad como un cadáver es un cuerpo que sólo puede hacer una cosa: descomponerse. Habrá quien intente embalsamarlo. En su derecho está. Pero no debemos olvidar que el brazo incorrupto de Santa Teresa no ha sido capaz, hasta la fecha, de escribir ningún poema.
España, en estos momentos, no es más que un nombre y una bella y rica página del libro de historia de las civilizaciones. Su ideosincrasia es sencillamente un asunto del pasado. Vendrán otros tiempos, volveremos a creer en el colectivo, sin duda, pero con un esquema radicalmente diferente al que hemos tenido hasta ahora. Será mejor o peor en la medida en que permita prosperar física y emocionalmente a los individuos que lo formemos. Podrá llamarse igual, pero ya nunca será igual ¿Hacia dónde caminamos?
EL VELATORIO
Siempre me ha llamado la atención que, en los velatorios, todo elmundo tiene un rol asignado que sabe cumplir a la perfección. Cada uno interpreta su papel de la mejor manera posible: hay quien sobreactúa, hay quien está tan desorientado que sólo sabe hablar muy rápido y cambiar continuamente de conversación, hay quien ve su propia muerte en el rostro maquillado del cadáver y se abisma en el misterio de la vida, hay quien está atento para ayudar con las pequeñas cosas como el agua, la comida, el periódico, etc...
El velatorio de nuestra querida y malhadada España es, como no podía ser de otra manera, masivo ¡Tanta gente la quería y tanta gente la odiaba! Ocurre que la gente que la quería es mucho más diversa que la gente que la odiaba: se puede querer de muchas maneras pero sólo hay una manera de odiar. El querer es un concepto poliédrico mientras que el odio es unívoco.
Entre conversaciones, abrazos y sollozos un espectador ajeno a la víctima que se ha colado por instinto literario en el velatorio, intenta descifrar los gestos, los rostros, las alianzas, ese universo sin palabras que gravita alrededor de la pérdida.
Ve nuestro reportero un grupo de personas con un cierto parecido al difunto que se mantienen a una distancia suficiente como para no oler los reproches que le manda el cuerpo en proceso de descomposición (quizás podría utilizar la palabra "corrupción") y suficiente como para controlar todo el cotarro. Son los primogénitos, los que recibieron todo tipo de ayudas por parte de la difunta para formar su pequeño imperio, los que no atendieron las primeras peticiones de auxilio ¡tan ocupados estaban en cosas serias!, los que una o dos veces año se hacían sangre en los labios pronunciando su nombre y los trescientos sesentaycuatro días restantes se burlaban de ella en los cenáculos del poder, los que tenían esa extraña forma de querer que se acaba cuando se corta el chorro del beneficio, los que la dejaron morir exangüe, demacrada, mutilada mientras le repetían que era la más guapa del mundo. Comprueba nuestro reportero que en grupos de dos y de tres todos hacen cuentas ¡no paran de hacer cuentas! De vez en cuando alguien se acerca a darles el pésame y con contrariedad y displicencia ponen su mejor rostro compungido y su mirada de "no me robes este tiempo precioso, no ves que estoy rodeado de hermanos carroñeros y tengo que salvar mi pellejo suizo". Cuando se hablan entre sí, su cara no encierra un rostro sino el retrato de una calculadora; los gestos se pierden cuando se trata de hacer negocios. A decir verdad ya han amasado la mayor parte de su fortuna, pero todavía les queda una jugosa herencia que repartir. En eso están, en los despojos de la difunta España, en como evitar que nada de lo que deja llegue al resto de comensales. Es fundamental que así sea; se trata de un todo o nada. Como alguien logre demostrar que le corresponde a ley la más mínima parte del patrimonio, puede servir de ejemplo para el resto de parientes y hacer que estos pidan su parte y...no quieren ni pensarlo.
Este grupo no está aislado. No todos los que se les acercan son molestos. Habla el reportero especialmente de unos tipejos con aspecto de comadreja, cuaderno de notas y bolígrafo de propaganda que a un leve gesto de los priogénitos, acuden raudos. Los comadrejas, cuando reciben el mensaje, se reparten por el resto de la sala y platican con todo el que se le cruza sobre lo terrible que ha sido todo, regalando a los incautos oyentes la versión oficial y verdadera (¿acaso pueden ser distintas?) de lo acontecido. Si por casualidad, alguien osa replicar sus narraciones, logran de forma inexplicable, captar a cuatro o cinco como ellos que empiezan a hacer chirriar sus dientes y crujir sus nudillos formando un molesto alboroto hasta que otro de ellos, con aparente sorpresa, media en el conflicto y termina pidiendo disculpas a todos por la indecencia de ese individuo, casualmente, el que intentaba discutir la versión oficial. En una ocasión incluso, informa nuestro reportero, vio como una cuadrilla de matones dirigida por uno de los voceros expulsaba a un individuo con toga entre insultos y amenazas...algo demasiado gordo o demasiado verdadero tuvo que decir, supone.
Poca gente más tiene acceso a los primogénitos...ah, sí, bueno, hay otra persona que de alguna manera se comunica con ellos. Es una mujer rubia, con flequillo, que se sienta en una esquina. Su rostro relajado no encaja con sus ojos taimados y pendientes...¿diría uno que está tramando algo?. La señora maneja con soltura un abanico que parece apuntar a algunos al cerrarse y ocultar a otros al abrirse. Es imposible descifrar ese lenguaje, pero se nota que hay mucho mando en la muñeca. Por decir, incluso da la sensación de que los primogénitos mueven los ojos al ritmo del abanico y de que compiten en sonreir a esta extraña dama. Incluso algunas comadrejas la miran como para pedir permiso antes de ejecutar las órdenes de los primogénitos. De repente se levanta para ir al baño y todo el personal queda expectante,paralizado ante su ausencia...Falsa alarma, ni se ha maquillado ni ha cambiado de abanico, pero su sonrisa parece a cada instante más segura de sí misma.
En un escenario en el que parece que todos andan midiendo, nuestro reportero encuentra a alguien que padece y que induce a la compasión. Es un alguien extraño pues parece repartido por millones de rostros de los que no se atreven a acercarse demasiado al cuerpo presente. Es un rasgo compartido, una mueca de dolor de esas que solo el sentimiento de pérdida puede arrancar. Lo ve en unas mujeres sencillas, silenciosas, de esas que se nota que han trabajado todos los días de su vida, quizás incluso sirviendo a España, con la tenacidad de los humildes, con la discreción de los que no necesitan más que su honestidad para saber que el mundo es justo; una especie de pueblo llano, quizás servil, que probablemente no compartieron con el muerto más que algunos pequeños momentos, pero que siempre estuvieron agradecidos por su generosidad o, si no, porque de alguna manera los respetaba. En ellos que no tienen nada que pensar y sí mucho que sentir es donde nuestro reportero asegura haber visto algunas lágrimas.
Por supuesto, también hay gente a la que le brilla la mirada cada vez que la dirige al féretro. Sonríen tranquilamente y hablan mal del muerto. Cuando se hace el silencio, vuelven a hablar mal y cada uno intenta demostrar que es más víctima que cualquier otro. Estas personillas trasmiten el desasosiego de la misma manera que lo hace una fuente seca. Todavía no se han enterado de que el fracaso del enemigo no es ninguna victoria. Que es imposible construir un edificio solo escarbando.
Un momento, nos informa nuestro reportero de que algo debe estar ocurriendo. La gente forma un pasillo por el que se abren paso bajo palio cuatro caballeros. - ¡Los médicos, son los médicos! dice una voz. - No, la corrige otra. Los médicos son los que llevan las cuatro varas del palio. La comitiva avanza con sus patillas y sus dentaduras blanqueadas y sus relojes de oro. Cuando finalmente uno de ellos llega hasta el cadáver de España, levanta la mano y pide silencio.
- Queridos españoles, sabéis que nosotros en estrecha colaboración con los médicos, hemos hecho todo lo posible por salvar a España. Lamentablemente no lo hemos logrado y tendremos que acostumbrarnos a vivir sin ella. Pero no os preocupéis. Sabemos lo que hay que hacer para que nada cambie. Lo único que os pedimos es que hagáis lo que digamos.
Inmediatamente los médicos agacharon la cabeza en gesto de asentimiento, los comadrejas rechinaron sus dientes, los primogénitos hicieron sus cálculos, la señora rubia abrió el abanico y se tapó la cara salvo los ojos que fulguraban y las mujeres, los millones de mujeres, se enjugaron las lágrimas y se miraron desconcertadas.
miércoles, 23 de enero de 2013
Vengo por toda la orilla
Sí, Gastón, si empiezas a remar desde Triana por el canal de Alfonso XII
llegarás al cauce verdadero del río Guadalquivir. Pasarás Gelves, Coria
y la Puebla del Río y te adentrarás en la soledad de los arrozales de
las marismas. Si te fijas podrás ver cormoranes y cigüeñas, alguna
incluso negra. Llegando a la provincia de Cádiz no te extrañe que te
pongas a cantar por soleás, pues estarás haciendo la ruta del flamenco
(Sevilla-Utrera-Lebrija-Jerez-San Fernando-Cádiz). En Trebujena puedes
comerte unas angulas de extraperlo si no le dices a nadie dónde las has
encontrado. Después girarás un poco a estribor y enfilarás hacia las
áridas colinas de los campos de Sanlúcar siguiendo la mancha verde de
los pinares del estuario. En Sanlúcar, sin duda, no olvidarás comer unos
langostinos tigre en el Bajo de Guía. Cuando pases la barra que da
nombre al pueblo y hagas las fotos de rigor al barco del arroz y la
pléyade de gaviotas que lo decoran con sus excrementos, deberás bordear
el Coto de Doñana, despreciando la sevillana Matalascañas y admirando la
belleza de la Cuesta Maneli con su olor a pino serpenteando desde el
azul marino hasta el azul añil del cielo por voluptuosas curvas de dunas
vírgenes y retamas histéricas. La Playa de Castilla pone que se llama
en los mapas, pero todo el mundo la conoce por "Rompeculos". En el mesón
"Los Remos" sabes bien que la ventresca de atún con pimientitos verdes
es un deleite para la vista, el olfato, el gusto, el tacto y hasta el
oído pues hay quien dice que la buena comida recita versos como un
trovador sentenciado que nada tiene que perder. El polo petroquímico no
merece aparecer en este viaje pero es tan dolorosamente visible que no
queda otro remedio. En mala hora hicieron el espigón: se cargó la ría de
Huelva y la playa de levante. Menos mal que Punta Umbría con su alma de
atardecer rosado nos devuelve a la paz del navegante que no quiere
dejar de ser niño. A esas alturas ya la brisa viene Atlántica y el agua
se enfría al ritmo de las ballenas. Cuando pases por el Portil, salúdame
a P y a B, nuestros queridos amigos. Si sigues remando
hacia poniente llegarás al Guadiana y en sus muelles fluviales
encontrarás buen resguardo de las tempestades. Si tienes suerte de que
te pille allí una larga, podrás comprobar en el barrio de La Rana que
uno puede comer coquinas y no hartarse jamás. El río frontera te
presentará el castillo de Castro Marin, testigo de los tiempos de
guerra, gastado por el salitre y melancólico hospedador de una feria
medieval, ya en portugués, es decir sin euforias, al ritmo que marca la
luz del día, haciéndolo todo dos horas antes. En Altura arroz con
laranjeiras para que no se diga, pero el mejor pescado lo encontrarás
tres kilómetros tierra adentro, después de pasar la higuera más grande
del mundo que sola se basta para dar sombra a medio Algarve. Ya sabes,
es en Vilanova do Cacela y nunca me acuerdo del nombre; es algo así como
"La campesina" pero, claro está, en portugués. Retomando el camino,
llegarás a la gran lengua de tierra de Tavira. En Fábrica, con sus casas
revestidas de azulejos, podrás detenerte a coger limones y naranjas. En
Santa Luzia, ya al oeste de Tavira, podrás hacer fotos a los aparejos
de los pescadores aunque no merece la pena que te quedes a comer pues
los ingleses ya lo han hecho un lugar propio y, consecuentemente, ha
bajado mucho la calidad de los restaurantes. Portimao, Faro y Lagos
están muy bien para buscar trabajo de médico. Ya llegando a San Vicente
verás que Portugal vuelve a su mismidad de pueblitos, acantilados y
mujeres de negro, relegando al Algarve a su espejismo de mar latino. En
Sagres puedes beber vino, cerveza y comer percebes a precio de pijotas.
No podrás sustraerte a la tentación de visitar el faro y de asomarte a
los acantilados donde se mató aquel chaval alemán. Desde el mar, podrás
comprobar como el cabo dibuja una proa y sabrás por qué Saramago imaginó
una balsa de piedra ibérica a la deriva que siempre fue la libertad.
Tendrás que navegar con cuidado pues con el viraje hacia el norte
conocerás la fuerza del oceano abierto, olas ansiosas por encontrar
tierra que besar después de miles de kilómetros de travesía sin hallar
una sola isla. Este mar salvaje invita a la prudencia de la mano y al
desenfreno de los sentidos. En Praia do Amado, al caer la tarde de
Otoño, podrás pasear sin prisa y recoger chanclas colmadas de percebes
rubios que según me dijeron no se pueden comer. Luego vendrá la piedra
de Arrifana, tan altiva como condenada, que habrás de rodear pues eres
viajero sin prisas y no conviene perder la oportunidad de descubrir
algún cobertizo secreto. En la punta de Arrifana conviene parar a comer
arroz con polvo en el esón "El Pescador". No es que sea mejor que otros
pero ahí, entre sus vapores, comenzamos a ser amigos Fantasio y nosotros y
comenzaron a ser padres F y E. Si eres exigente para las playas,
entre Arrifana y Cabo Sardao, encontrarás mil calas para tí solo, donde
conversar con las gaviotas que anidan en los riscos de los acantilados.
En Azenha do mar la parada es obligatoria para poder comer en portugués
con todo lo bueno que eso conlleva. Buenas vistas, magnífico género y
precios de risa...esperemos que los ingleses lo respeten. Más al norte
en Zambujeira encontrarás más música que pescado, al igual que en
Vilanova de Milfontes. Sines tiene ya un aire capitalino, soso, de gente
con todo-terrenos y prisas. Pasando Taparica, notarás cómo el agua se
remansa y se oscurece; es el Tajo que trae sonidos de gancheros y de
toros y aromas esteparios. Sin pudor alguno se despliega sobre el barrio
de Belén y se corona con una réplica del Golden Gate con nombre de
fecha...siempre odié las calles con nombre de fecha. Si vas al Chedo
Alto o a Alfama podrás subirte al tranvía para mirar a las mujeres y
comer sardinhas con alma de pobre y estómago de multimillonario.
Cascais, Sintra con sus castillos y el fin del (mío) mundo. Nunca llegué
a Aveiro con sus canales y sus lagunas (y eso que mandé al capitán
pingüi a bordo de la intrépida para que lo
explorara, pero de momento, todavía no he obtenido respuesta), ni
intenté ligar con alguna estudiante de Coimbra. Lo primero todavía estoy
a tiempo; lo segundo parece más bien un objetivo para otra vida. En el
cielo verás el cambio de país, sí sigo empeñado en luchar contra las
fronteras oficiales, y en Oporto con su puente de hierro perfectamente
oxidado por su arquitecto, la belleza de la decadencia: el valor de las
fachadas descascarilladas, de los azulejos desvaídos y de los ríos
moribundos. Si te metieras por el Duero, a través del canal de Castilla,
llegarías cerca de casa pero no lograrías rebasar las montañas. Ya
culminando la costa portuguesa, medio mora, medio gallega, verás las
dunas de Ofir y pensarás que, algún día, toda la costa fue como aquello y
que los hombres tenemos que disfrutar mucho cuando la circuncidamos
para compensar toda la destrucción que le infligimos. En Viana do
Castelo pervive la tradición textil y la sorna por el ridículo nombre de
su contraorilla "Tui", como si fuera el sonido de algún pájaro. Cruzado
la franja de agua dulce que dan en llamar Miño, llegarás a A guarda y
subirás a su mirador y contemnplarás con nostalgia la orilla portuguesa y
te darás cuenta que es imposible no tener melancolía después de haber
rodeado el puerto del gallo. Para el norte siempre, pararás en
Pontevedra a tomar algo en el casco viejo y te lamentarás de no poder
evitar que te venga a la memoria algún presidente de gobierno actual. Al
fondo las islas Cíes con su brazo de arena articulando los dos peñones y
las gaviotas dando por culo al alba. De Vigo siempre se ha dicho que es
fea pero a mí no me lo parece. De hecho soy mucho más del Celta que del
Depor. Por O Grove el centollo verás, y si no lo vieiras, año de
bogavantes. La ría de Arousa tiene el encanto de la paz luchada, con sus
bateas repletas de sueños de cocineros madrileños. Para entonces ya
habrás visto que el mar del fin del mundo es el más bravío que existe y
su fuerza se transmite a los acantilados y al cielo y a la playa de As
Lanzadas donde, si haces el amor bajo la luna llena, verás crecer tu
apellido sin remisión. En A Coruña comprobarás que, igual que todos los
caminos conducen al mar, todas las estelas conducen a la Torre de
Hércules. Ya enfilando hacia levante, merecerá la pena que te pares en
la Estaca de Bares y la consueles de su abandono. Si tienes agallas
puedes intentar subir sus cuestas verticales bajo amenaza de tropezar y
caer con el impulso al mismo centro de la tierra. Si pasas por la playa
de As Catedrais haz algunas fotos pues nunca fui capaz de llegar,
aunque, a decir verdad, tampoco lo intenté. En San Andrés de Teixidó los
acantilados se ufanan de ser más altos que el Himalaya. Y en Riba-Vega
deo nunca sabrás cuál es cuál ni cuál es Asturias y cuál es Galicia, las
cosas de las fronteras políticas de las que ya antes te hablé. Asturias
Occidental es territorio virgen, alejado de todo y cerca de nada y,
consecuentemente, apetecible. Mira a ver si hay casas baratas y nos
compramos una. Ya llegando a Cudillero, cambia la atmósfera de nuevo,
volvemos a pisar el mismo mundo, aunque a las cuentas de los
restaurantes a veces parece faltarles un cero. Gijón-Xixón respira el
humo del tabaco de las ciudades industriales que no tienen nada que
ofrecer y por eso lo ofrecen todo. San Lorenzo se curva, se estremece
con cada batida del mar pero nunca se arruga. Ya nos estamos acercando,
ya el viaje va a tocando su fin; por eso hay que parar en Ribadesella y
ascender el Sella contra toda corriente para recordarnos que nosotros
hacemos las cosas porque nos gusta o nos apetece y no porque nos las
impongan. Ahora bien, remontar un río no está al alcance de cualquiera y
el descanso se vuelve imprescindible tras hacerlo. No temas, querido
Gastón, que en LLanes hay una playa de dibujos animados que aparece
milagrosamente a través de una gruta y está rodeada en sus 360 º por
arena de playa y prados como si el mar se hubiera decidido a perseguir
amantes por los valles del Pas y de Liébana. Alcanzamos Cantabria, esa
castilla menos miserable pero igual de desdeñosa. San Vicente de la
Barquera, Comillas, Santillana, aires de grandeza medieval a los pies
del dios Neptuno, a los pies del dios Naranjo. Tierra verde hasta el
mar, mar azul hasta la orilla, espuma blanca en la batalla. Pese a que
al fondo ya intuyes la bahía de Santander, no podrás dejar de parar en
Liencres y, una vez más, rodear el islote e imaginar como serán las olas
que, en las noches de galerna, aseguran, lo sepultan bajo su vientre.
Los estratos verticales entran y salen de la pequeña ensenada con el
desenfado de una montaña rusa y a la dercha, apoyada en la cristalera,
verás a P diseccionando el pasado. Por fin en Santander a los pies
del palacio de la Magdalena con el rabillo del ojo puesto en el muelle
de Astillero que un año, no hace tanto, ganó la bandera de Donostia.
¡Qué cerca está! Tan solo me queda parar en Santoña para coger anchoas y
admirar en su versión trasnmutada norteña a las chirigotas del
carnaval de Cádiz, al Selu con el tipo de calzonazos, de enterao, de
Pepi o de banquero. Castro Urdiales es un pueblo impaciente, quiere y no
puede llegar hasta Bizkaia. Verás muy de cerca los aviones que
aterrizan en Loiu pues es allí donde se deciden a buscar un aeropuerto
bilbaino en el que posarse. Pobeña, tierra de landeres y marcelles.
Petronor con su hedionda vocación de imprescinidibilidad, la playa de la
arena con su yodo anaranjado tiñendo los pies de toda la margen
izquierda. Y por fin, el Abra, con su euskal Punta Galea y su apócrifa
eskeraldea. El superpuerto con su planetario o no, las chimeneas de la
geotérmica de San Juan, levantándose al cielo para acusar a tantos
falsos inocentes del sufimiento obrero. Y Portu con su alma de villa y
su 2% de euskaldunes sujetando el puente de Bizkaia, prodigio de la
fraternidad entre orillas cincelado a base de martillazos industriales.
Yo creo que allí es donde empieza Bilbao. Justo por donde pasa la
barqueta con hastío cada diez minutos. Después los cadáveres de Altos
Hornos (muerto pobre), Zorrozaurre (muerto lejano) y Euskalduna (muerto
orgulloso). Con el nuevo San Mamés apuntando maneras y el viejo
sollozando Bielsadas, entrarás en Bilbao y te darás cuenta de que muy
poco queda de aquel espíritu Goikoetxeano, por no decir nada. Y, por si
queda alguna duda, pasando el puente de Deusto, encontrarás otro barco
de quilla de titanio invertida, con las olas bocarriba mirando al
Artxanda. En sus celosas bodegas se guarda el estúpido secreto de la
modernidad, la pócima mágina al alcance de las élites para convertir al
Bocho en un referente mundial. Si dejas a Triana en la campa de los
ingleses y subes por las escalinatas de mármol, llegarás a tu casa, tu nueva casa.
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