Erre que erre.
Majorettes vestidas de chulapas,
alcaldesas de botijo y mantilla,
miradas de vidrio deslustrado,
anillos intersectamente policromados,
un gran todo fatuo
del vacío enamorado.
Y vosnotros...
Eñe que eñe.
Sufrimiento sordo por las aceras de lija.
Erre que erre.
No es un problemas de símbolos
-que también-,
sino de depuradas verdades
hechas de presente ralo y futuro erizado:
el problema del presente
es su relación con el futuro:
una matriz emponzoñada no puede parir
un sujeto inocente.
Eñe que eñe.
Silencios arrastrados por las pendientes sin pendiente.
Erre que erre.
La máquina ha dejado de ser herramienta.
La máquina somete paisanos
olvidados de sí mismo.
El dedo accionador habla arameo.
El egoismo antediluviano
se moja en el chaparrón incesante del orgullo ahora.
Los átomos tienen miedo de ser molécula.
Monotonía de Manzanares tras los graznidos.
Eñe que eñe.
Mentiras más altas que montañas y verdades asfixiadas.
Erre que erre.
Tienes derecho al silencio humillado.
Tienes derecho a no tener conciencia:
a no tener derechos.
Hable quien recite salmos posmodernos.
Hablar con finalidad es terrorismo.
todo lo que no soy yo es terrorismo.
Edad Media tecnológica.
Todo el aire pertence a la caverna.
Respirar es de necios-valientes.
La virtud resta puntos en las oposiciones a ciudadano.
Gris, gris con la espesura del negro,
oscuridad que no ciega.
Estéril como el pensamiento.
Eñe que eñe.
Pasos hacia el abismo dentro del abismo.
Erre que erre.
Sed calmada con agua destilada.
Hambre saciada con la pulpa de la inmundicia.
Sueño dormido por decreto.
Sexo sin sentidos.
¿Dónde están los sentimientos?
¿Dónde irán los resentidos?
Al infierno de los buenos.
Eñe que eñe.
Cólico miserere en tiempos de moneda única.
Ten la piedad de ser mejor que nosotros.
O, mejor dicho, más peor entre lo admirado.
Salva a los que somos incapaces de salvarnos.
Por los siglos de los siglos:
Tokio ten piedad.
Eñe que eñe.
Las esperanzas son frutos de otro árbol.
Erre que erre.
Eñe que eñe.
Eme que eme.
Eme que eme.
Eme que eme.
Madrid ¿qué te han hecho?
Sabina se ve superado en tu elegía....
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