sábado, 9 de marzo de 2013

Estaba clarísimo, tú siempre has querido irte. Yo ya lo sabía.

Estaba clarísimo, tú siempre has querido irte. Yo ya lo sabía.

Sí, probablemente es así… cuando de niño y adolescente me imaginaba con 35 años, lo hice muchas veces viéndome en ciudades desconocidas remotas y exóticas. De todas formas eso me parece razonablemente sano para cualquier persona y poco transcendente a la hora de tomar decisiones reales en la vida adulta. Pero indudablemente si con 12 años me hubieran dicho que con 40 iba a vivir en, en una ciudad remota  como por ejemplo, Temuco, Chile me habría parecido “guay”. Si con esa edad lo que quiere uno es formar una familia en el barrio de sus padres y comer con ellos los domingos es que no ha leido a Verne, Salgari, ni Karl May y se está perdiendo mucha vida.
Después de adulto se da cuenta uno de que necesita muchos menos cosas, y con un par de amigos, un trabajo digno, un hospital cerca, un bar de confianza, una vista bonita etc… te sobra para vivir con tu familia en un lugar.
Si ahora me dan a elegir, entre vivir de realquilado en el piso de mis padres aspirando a peores condiciones de trabajo y lo distinto, pues no tengo dudas y eso no quiere decir que no vea nada malo o este 100% convencido quiere decir que aunque me duelan cosas, evaluando las circunstancias no tengo dudas.
De todas formas lo que me hiere es ese “yo ya lo sabía” o “estaba clarísimo”, ¿quiere decir que no te importa?¿te gusta la idea? Nunca me animaste a hacerlo, y menos luchaste para evitarlo. Son expresiones incompletas que como mínimo molestan. Y da la impresión que tú, y contigo todos le colgasteis a esa persona de 12 años esa etiqueta de “quiere irse” o “distinto” y desde entonces solo habéis contemplado el desarrollo de la historia por lo visto sabiendo el desenlace cuando todos erais por fuerza más que meros espectadores.


Tu familia no te importa, al final haces lo que te da la gana.

Lo primero es radicalmente falso y no hay lugar a discutirlo pero no es contradictorio con lo segundo
¿qué otra cosa puede hacer uno que lo que le de la gana? ¿elegir según sus circunstancias lo que ve mejor o menos malo, después de pensarlo?.


No te vayas. Por qué arriesgarse, por qué perder lo que tienes aquí.

Lo que tengo aquí no lo pierdo, lo alejo… que es bastante pero no es lo mismo. Poniendo el ejemplo de la salud, sí tengo un cáncer, un poné que espero no suceda, volvería de inmediato…y si en vez de a mi fuera algo con mis mujeres... ”ipso facto”. Estaremos peor atendidos para cosas urgentes o sorpresivas pero esa ruleta si te toca te toca, es un riesgo asumible, o inasumible pero no queda otra pensando que mueren personas atropelladas por ambulancias en la puerta de urgencias.
Alejarse, también de otras cosas, alejarse de las personas queridas tiene efectos negativos, irreversibles con el paso de los años que habrá que intentar minimizar con el internet, el correo postal, los aviones o como sea. Esos efectos son lo peor sin duda, y lo más difícil a la hora de decidir.
Desde un punto de vista práctico no se puede negar que en ningún sitio voy a vivir tan seguro y tan cómodo como aquí. Pero, no quiero conscientemente tomar decisiones vitales desde un punto de vista práctico, y “comodidad” y “seguridad” no pueden ser los lemas que guien mi vida , no estoy dispuesto, no soy tan viejo, no estoy tan muerto.

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